viernes, 19 de octubre de 2007

UNA MUJER TODO TERRENO


VIRGINIA ELIZALDE

DEPORTISTA, EX MODELO Y CONDUCTORA

INTRAVISTADA EN 2007

PUBLICADA EN REVISTA LAS LEÑAS


Con una sonrisa, nos abre las puertas de su casa. Recién llegada del Desafío de los Volcanes, la carrera que une Argentina con Chile, esta incesante mujer se confiesa cansada, pero feliz de haber pasado dos semanas en el Sur a puro deporte.


-¿De qué se trata el Desafío de los Volcanes?


-Es la única carrera de aventura que une dos países. Este año se largó de San Martín de los Andes y se llegó a Pucón. El año pasado largamos en Valdivia y llegamos a San Martín de los Andes y el ante año pasado largamos en el Lago Huechulaufquen, en Junín de los Andes, y llegamos a Valdivia.


-¿Cuándo decís “largamos” a quiénes te referís?


-A mi equipo, que es el Banco Hipotecario Adidas, y los integrantes son Esteban Bosch, Rodrigo Arias, Sebastián Ezcurra y yo. Los Volcanes anteriores armamos un equipo con Angie, mi hija, su novio Pedro Podestá, Esteban y yo. Este año los chicos, que son jóvenes y fuertísimos, armaron su equipo porque están más para ir a la punta, entonces Esteban y yo armamos uno propio con Rodrigo y Sebastián.


En esta oportunidad, Virginia y sus compañeros no completaron toda la carrera, ya que debido al extremo cansancio tuvieron que abandonar justo cuando restaba el último tramo del trekking. Sin embargo, fueron premiados porque debido a la gran dificultad del recorrido, muy pocos equipos lograron llegar a la meta.


-¿Cuánto tiempo antes empezaste a entrenar para la carrera?


-Yo ejercito durante todo el año porque es una carrera muy dura, no parás nunca. Además, las distancias de cada disciplina son muy largas, por ejemplo, arrancamos en San Martín de los Andes, en la playa del Lago Lácar y llegamos hasta el fondo del Lago Huaum en kayak, una vez ahí, hicimos un trekking y después retomamos el kayak. En total fueron entre ocho y diez horas de remo de entrada. ¡Y peor el año que largamos en el Huechulaufquen porque fueron desde las cuatro de la tarde hasta las dos de la mañana remando!


Sus dichos son fáciles de comprobar con tan solo echar un vistazo a la mesada del quincho repleta de remos, trajes de neoprene, camperas y equipamientos completamente mojados. Para ejercitar el remo, Virginia saca provecho del extenso lago que rodea a su hogar, por donde pasea habitualmente en kayak. Sin embargo, confiesa que nada se compara con los vientos de la Patagonia que dificultan el paso del bote: “Tuvimos dos remadas de noche muy duras, con muchísimo frío, porque en el Sur baja el sol, se empieza a congelar todo y, quieras o no, te mojás, se te congelan las manos y la cabeza”.


-¿Cuál es la disciplina que más disfrutás?


-Lo que a mí me más me gusta es el trekking, me encanta caminar en la montaña, puedo pasarme días enteros caminando y soy feliz. También me gusta el remo, este año tuvimos una parte de la remada en el río Cua Cuá que es un poquito más correntoso, en donde había que ir leyendo el río y sorteando obstáculos, así que fue muy divertido.


Se reconoce una fanática de la naturaleza y amante de los paisajes de la Patagonia. “Las horas de carrera son muy largas, así que voy descubriendo los paisajes. Me encanta disfrutar de la naturaleza, me siento llena”, admite, feliz.


El Desafío de los Volcanes conforma la lista de las carreras preferidas por Virgina porque le dan la oportunidad de disfrutar del deporte y de estar en contacto con la naturaleza: “Me encanta correr el Desafío de los Volcanes porque recorrés 550 kilómetros de senderos que si no fuera por la carrera nunca conocerías. Son caminos que se abren especialmente, que como turista jamás visitarías”


-¿Además de Volcanes, en que otras carreras te gusta participar?


-Prefiero las carreras largas porque a mí me pasa algo raro, a medida que pasan los días de carrera me siento cada vez mejor. Entonces, el primer día estoy medio “palmada”, duermo un poquito y ya empiezo a recuperarme. A medida que pasan los días mejor me siento. Es un tema de edad me parece, pero me voy regulando bien. En cambio las carreritas que son cortas y explosivas no me gustan porque siento que me asfixio.


De las “carreras largas” que ella relata, Volcanes no es la única, ya que participó en dos Eco Challenge, una en Patagonia y la otra en nueva Zelanda.


Y además de deportista full time, Virgina es madre de tres mujeres, Catalina, que se casó hace poco y vive en Cancún, Angie y Sol. La más pequeña del clan tiene solo nueve años y merodea por la casa, tratando de captar la atención de su mamá.


-¿Cómo te arreglaste con Sol durante las dos semanas que estuviste en el Sur corriendo Volcanes?


-Esta es la primera vez que la dejo, los dos años anteriores vino conmigo. El primer año estuvo en el equipo de asistencia junto a Catalina, y el año pasado estuvo en la largada y en la llegada, durante la semana se quedó con Cata y unas amigas en San Martín de los Andes. Pero esta vez no vino porque coincidió con el colegio. Igual, el año que viene la llevo porque nos da suerte, es nuestro amuleto.


El vínculo que la une con sus tres hijas es muy fuerte y en su hablar se percibe todo su afecto. “En la largada es muy lindo estar con tu familia, así que extrañé muchísimo a Solcito. Encima estábamos en equipos distintos con Angie, asÍ que un poco antes de largar nos abrazamos y lloramos un rato”, recuerda con emoción.


-Se podría decir que tenés una familia de deportistas…


-Y sí, Catalina se dedica al windsurf y Angie a las carreras, así que buenísimo porque las dos están haciendo lo que a mí me gusta. Cuando Cata estaba acá, antes de irse a Cancún, salíamos las tres juntas a entrenar.


-¿Cómo dividís tus tiempo, entre el deporte y tu familia?


-Entreno cuando Sol va al colegio. Hago un turno de gimnasia a la mañana, me quedo con ella cuando viene a almorzar y sigo haciendo bici a la tarde.


-¿Las vacaciones en familia también incluyen deporte?


-Este año estuvimos en Cancún, México, en lo de Cata que se casó, así que nos quedamos tirados en la playa, pero no me aguanto mucho, tráiganme el kayak o el barquito para navegar porque me aburro, siempre tengo que hacer algo. Prefiero las vacaciones de aventuras.


Virgina se muestra relajada en compañía de su pequeña hija, que corretea por la casa. Cuando habla de deporte se expresa con pasión y rememora innumerables anécdotas y momentos. Además, se nota que es su cable a tierra y lo que la llena de energías.


-¿Qué aventuras te quedan para el resto del año?


-Voy a hacer todo el circuito de XK Race, que el año pasado fueron en Balcarce, en Tucumán, en San Juan y en Córdoba y este año se está por definir. También voy a correr el tetratlón de Chapelco y alguna que otra carrera más. Tampoco puedo correr tantas porque son largas y el cuerpo necesita recuperar, más a mi edad.


Se termina la taza de café. En sus manos se notan algunos rastros que le dejó la carrera, también muestra otras “heridas de guerra” que se esparcen por su cuerpo, pero todo con una sonrisa en la cara. Virginia eligió su propia aventura y se nota feliz con el curso que está llevando.

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