lunes, 26 de noviembre de 2007

"MI AMBICIÓN ES QUE BUENOS AIRES RECUPERE EL PLACER DE LA CALLE"

Luis Grossman es uno de los pioneros del periodismo relacionado a la arquitectura en Argentina. Un viaje a Brasil lo hizo tomar conciencia de la importancia que se le daba al diseño y al urbanismo en los medios extranjeros. Fue el autor intelectual del suplemento “Arquitextos” de La Nación y asegura que “la calle debe ser revalorizada para que la ciudad no muera".
INTRAVISTADO EN 2007



¿Cómo lograste fusionar al periodismo con la arquitectura?
Fue un hecho completamente casual. Me llamaron de un diario para publicar algunas obras del estudio que compartía con mi hermano y como en ese momento acabábamos de terminar cuatro casas muy distintas entre sí, escribí una nota a la que le puse de nombre ‘Cuatro casas, cuatro casos’ y gustó mucho. Después me pidieron una nota sobre una exposición de Bauhaus, un movimiento artístico alemán, en el museo de Bellas Artes y, finalmente, me propusieron escribir con mayor continuidad.
Un silencio sirve como detonante para los recuerdos del arquitecto, quien parece haberse trasladado al verano de 1956 en el que como estudiante recién recibido, llegó a Brasil y fue entrevistado por un periodista de un importante diario local que luego publicó una página entera sobre los egresados de la Universidad de Buenos Aires. Con entusiasmo, narra:
Me llamó tanto la atención el despliegue de la entrevista que cuando volví lo comenté con la gente de la Sociedad Central de arquitectos y propuse hacer una pagina semanal dedicada a la arquitectura.
Explica que no fue fácil lograr el objetivo pero que, con el tiempo, comenzaron a salir páginas relacionadas al diseño en los diarios La Nación y La Prensa .

¿Cuando surge el suplemento Arquitextos?
Yo estoy en el diario hace 30 años, debe hacer hace 17. Cuando lo propuse gustó mucho. Yo había registrado el nombre “Arquitextos” en el registro de la propiedad intelectual para un posible libro o revista y finalmente lo utilicé para el suplemento que luego se convirtió en un libro. El diario La Nación y la editorial Infinito publicaron una recopilación de mis mejores artículos en el 2003.
Grossman admite que el camino periodístico no fue sencillo y ejemplifica:
Cuando uno manda un articulo a un diario como La Nación que tiene una tendencia a la síntesis por su carencia de espacio, es muy probable que te llamen y te digan que le saques líneas o caracteres y eso a mí antes me costaba un montón y sufría como un loco. Ahora me dicen que saque 15 líneas y las saco en dos minutos.
Agrega que la maduración periodística consiste en saber descubrir qué es lo sustancial e identificar aquellas frases que se pueden sacar sin que se resienta el núcleo del texto.

¿A qué se debe el toque personal y anecdótico en sus notas?
Prefiero hablar de algo que conozco, que viví, que de algo que no. Yo, por ejemplo, no tengo mucho afecto a internet o la enciclopedia Encarta o a ese tipo de fuentes de información que los jóvenes les encanta. Escribo sobre lo que veo, me parece más fácil que hacerlo sobre cosas que me contaron o que busqué en la web.
Grossman asevera que como trabajar de arquitecto le lleva mucho tiempo, se dedica a reflexionar y a recolectar esos detalles color que se plasman en sus notas, los fines de semana y aclara:
Cuando vos asumís determinada profesión y una manera de ver tu entorno, descubrís instantáneamente temas para los artículos. Los temas pueden surgir de escuchar una conversación vecina en un café o de charlar con un taxista. Se hacen claras situaciones que la gente vive a diario y tener la posibilidad de trasmitirlo mediante una nota es algo muy positivo. La percepción es parte de lo periodístico.

¿Cuáles fueron los proyectos que más lo gratificaron?
En el último tiempo hubo dos. Uno es el proyecto ejecutivo de la nueva sede de la AMIA en la calle Pasteur, para el cual fuimos elegidos junto a un grupo de arquitectos mediante un concurso de antecedentes. Con mi hermano, que falleció hace siete años, hicimos una intervención muy importante. En nuestro estudio se dibujaron los planos de obra de ese edificio, lo que fue complicado por las cuestiones de seguridad porque después de la bomba que destruyó la sede anterior, este proyecto tenía que ser prácticamente indestructible, por lo cual nos asesoramos inclusive para diseñar las ventanas. Ver cómo funciona el edificio me gratifica mucho. El otro es que en septiembre del año pasado se inauguró el Centro Municipal del distrito centro de Rosario, una propuesta de diseño muy buena y en la que también se trabajó en grupo.

A pesar de demostrar un interés muy grande por los proyectos que llevó a cabo en la ciudad, Grossman siente como arquitecto que Buenos Aires necesita abundantes cambios para vivir sana y tranquilamente. Una de las modificaciones que propone es desalentar la llegada de automóviles a la zona céntrica por lo que se muestra a favor del ensanche de las veredas de la calle Corrientes. Grossman afirma:
Ahora, las veredas son mucho más amables y a pesar del escándalo que hubo, hoy la gente ni lo nota.
Además desea que las calles paralelas a Florida, como Maipú o Suipacha, se vuelvan peatonales ya que eran veredas para la época colonial:
Hoy, si una señora gorda se para a mirar una vidriera, termina en la calle.
Como diseñador, cree que esas vías se deben peatonalizar para servir como “by pass” de Florida, que hoy no es más que “una autopista para peatones”, porque la gente va a toda velocidad y no puede haber ni mesas en la calle.

¿Qué diferencia encuentra entre Florida y otras peatonales del país?
En Rosario o en Córdoba, hay bancos por todos lados en donde la gente se puede sentar a hablar con un amigo, saludar a alguien que pasa e invitarlo a tomar una cerveza. Eso en Florida no se puede hacer. En cambio, si llegan a hacer acá lo que hicieron en Córdoba, que en vez de una calle peatonal hicieron un área peatonal, las calles estarían mucho más liberadas.
La calle debe ser revalorizada para que la ciudad no muera. En la actualidad, en muchas ciudades del mundo se intenta exaltar a la calle como elemento básico del urbanismo, porque si se acepta la solución encapsulada del shopping center, que es un ente cerrado que tiene un clima artificial, la ciudad se convertirá en un lugar desierto en donde las calles serán demasiado inseguras. Un ejemplo de esto es Los Angeles, en donde caminar por las veredas despobladas te convierte en un personaje sospechoso; el área peatonal debería considerarse más. En Alemania hay 1100 áreas peatonales mientras que en Argentina no creo que haya cien, mi ambición es que Buenos Aires recupere el placer de la calle.


2 comentarios:

Jesy dijo...

Gentes, hay nuevo blog. Esta vez va en forma individual, aunque se aceptan colaboradores. Pasen a ver pequeñas delicias del cine en http://cineacondicionado.blogspot.com

Abrazos!!!
Jesy

Anónimo dijo...

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